Cuando decidí darle vida a un
personaje no lo hice por un capricho de fama ni por querer esconder mis miedos.
Construir un nombre, un apodo, una marca… es más que eso. Es nacer de esa
tradición de luchadores que necesitaron ocultar sus identidades para sobrevivir,
de esos poetas que jugaron a reventar mil palabras con las mismas identidades,
de esos periodistas que querían salir a la calle con esa ventaja del anonimato
para poder seguir investigando. Pero aun así no soy eso: ni clandestino ni
poeta ni periodista. Utilizar un nombre
distinto nunca es dejar de ser, es volverse, es construir un símbolo para uno
mismo. Ese símbolo ha sido la reivindicación de mi ideología, que no solo es la
anarquista sino también la propia. Creo que la ideología debe entonces nacer
desde un lugar personal y no ser simplemente una repetición: soy Vargas y soy
Anarquista.
Hace años que empecé este blog:
no tantos como para sentirme reconocido, pero si los suficientes como para sentir un proceso. En estos años aprendí
a respirar, a releerme inclusive aceptando repetirme. Un blog nunca es un acto solitario, es una
forma de comunicarse así sea sin esperar respuesta. Aun así uno descubre que
hay gente que se atreve a dedicar un poco de su tiempo a leerlo e inclusive
discutirlo, y eso ha hecho de este espacio una forma de diálogo, no tan público
como podría pero si lo suficientemente activo como para estimular al autor para
seguir escribiendo. De esos escritos pocos han sido pensados como una obra
estructural, todos han sido resultado de esta posibilidad crónica que deja
hablar e informar de lo que se va sintiendo y viviendo, y por eso defiendo esta
especie de diario sin constancia, que
tolera los tiempos que el día a día y la energía personal van armando.
Hoy quiero tomar un nuevo ritmo,
pero me hace falta una nueva cara y un nuevo empuje. Estos los conseguiré con
la solidaridad de mis amigos, tanto de los que ayudan a crear como de los que
me permiten escribir pensando en retroalimentar. Ese nuevo ritmo será de más
constancia, dedicación y compromiso, porque para mí escribir es también un acto
de militancia.
Entonces, mientras una nueva cara
nace para el blog he decidido públicamente congelar este espacio, esperando que
en la segunda temporada pueda entregarles más de mi esperanza por un mundo
nuevo y diverso.
Así que hasta pronto, y si algunx
quiere comunicarse no dude en escribir: vargarquista@gmail.com
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