Los falsos positivos no sólo son mortales.

Nos han tenido consternados y rabiosos los acontecimientos que se han hecho públicos en meses pasados que evidencian la utilización de asesinatos selectivos del ejercito como bajas supuestas en sus combates contra los ejércitos guerrilleros. Estos hechos, conocidos como falsos positivos, no solo han sido una tragedia personal de cada una de las familias a las que pertenecían las personas asesinadas, sino, han sido una muestra mas de las atrocidades que puede cometer el estado por construir una falsa percepción de seguridad en la guerra contrainsurgente.

Pero lo que no se ha asociado con estos acontecimientos, es que el problema de los falsos positivos nos solo refiere a aquellos casos que han terminado con personas muertas. Han sido falsos positivos también todas y cada una de las detenciones hechas a compañeras y compañeros luchadores sociales, que acusados de ser guerrilleros debieron pasar alguna temporada en las cárceles estatales, siendo muchos de ellos “puestos en libertad” sin haberse comprobado la acusación. Y de eso si que ha sabido el régimen en estos últimos años.

Hagamos un poco de memoria: Desde el año de posesión de Uribe, llegó con la política de crear zonas que llamo de “Rehabilitación y consolidación” que servían para focalizar la acción de la fuerza pública en algunos lugares del país. Con esta política, puesta en ejecución desde septiembre de 2002, se dieron una serie de detenciones masivas en las que cayeron muchos luchadores sociales acusados de auxiliadores o milicianos de la guerrilla. En un editorial de el tiempo en el 2005 que hacia parcialmente el balance de esto se decía a propósito de lo ocurrido en la zona de Bolívar que “entre julio de 2003 y mayo de 2004, fueron puestas en libertad 209 personas recluidas en la cárcel de Ternera de Cartagena de Indias. Entre estas, 122 obtuvieron libertad inmediata, 80 libertad provisional y 3 libertad condicional. Es decir: casi un 60 por ciento de los detenidos había sido acusado injustamente”*, y ese no seria un caso excepcional.

El hecho de que se hicieran tan escandalosas capturas masivas no indica que los falsos positivos no hayan sido hechos también de forma individual. De hecho el movimiento anarquista fue golpeado por esta estrategia con la captura hace cuatro años de dos compañeros. Uno de ellos fue liberado inmediatamente pero el otro, sin correr la misma suerte, duró más de un año sufriendo en las cárceles estatales. Obviamente, el caso de ellos no fue excepcional, muchos conocidos luchadores han sido detenidos sin pruebas contundentes solo con el único propósito de acallar su protesta crítica frente al régimen actual.

El mas reciente, y cercano caso, de este tipo de falsos positivos se dió con la captura de nuestro compañero de Tjer William Javier Díaz. Su captura se llevó en el marco de la detención de más de 55 personas que fueron acusados por haber aparecido supuestamente en un computador decomisado a las FARC en el Meta en febrero del año pasado. No solo era un ataque directo contra la figura de nuestro querido compañero, luchador sindical y defensor de los derechos humanos, sino ésta nueva captura masiva estuvo enmarcada en la arremetida que contra la movilización social en el sector de la educación se viene dando, siendo varias de las victimas estudiantes y profesores defensores de la educación pública.

Los falsos positivos no mortales son una realidad, y le están haciendo igual o peor daño a la sociedad colombiana que los que resulta con la muerte. Es por esto que no sólo tenemos que rechazarlos enfáticamente por la injusticia misma del hecho, sino que debemos apoyar toda la serie de iniciativas que se hagan a favor de la información de la situación de los presos y elevar nuestra solidaridad con nuestros compañeros luchadores sociales que sufren en las mazmorras estatales.

Todos a una sola vos debemos mantener nuestra consigna de lucha contra la criminalización de la protesta social, por la solidaridad con los presos políticos y sociales que sufren en el frió encierro al que los tienen sometidos, y ante todo por la eliminación de estos centros de reclusión que no responden con la dignidad de nuestra humanidad. Todos sabemos que la conquista de estas victorias solo podrá tener su momento de materialización con una verdadera revolución social anticapitalista, antiautoritara, es decir, con la construcción de una sociedad anarquista.

Ni un falso positivo más.
Libertad inmediata a William Javier Diaz y a todos los presos por luchar.
Abajo los muros de las prisiones


*Editorial del 17 de marzo del 2005, se puede visitar registrandose en: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1681189; de hecho en otro balance del 2004 se decia que “De los 1.264 colombianos que han terminado en la cárcel en 31 redadas ya han sido dejados en libertad 414. Y aun cuando la Fiscalía trabaja en la recolección de evidencias para definir si llama a juicio o cesa el proceso de los 850 que permanentes detenidos, es aún incierta su suerte. Hasta ahora, solo 53 de ellos están a disposición de los jueces”, noticia aparecida el 16 de febrero de 2004, puede verse en http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1586063.

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