HACIA UNA PROPUESTA DE FORTALECIMIENTO DEL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL



Diagnostico del movimiento.

Durante los últimos diez años la universidad se viene enfrenando a un proceso de movilización estudiantil que ha afrontado las dinámicas que los gobiernos de turno han puesto a la educación publica y en especial a la educación superior. Con el plan de desarrollo del gobierno de Pastrana la universidad se enfrento a una estrategia que reducía la responsabilidad estatal frente a la financiación de la universidad; frente a ello se genero una movilización que en su momento fue respaldada por las directivas que buscaba defender el carácter público de la universidad y su financiación.

Con la venida de la nueva dirección encarnada en la rectoría de el señor Palacios la universidad afronto la implementación de un proyecto de la universidad que planteaba la consolidación de un proyecto de universidad, que se intento jalonar desde el cierre del 84, que pretendía volcar a la universidad unas necesidades que le imponía al conocimiento plegarse al ritmo devastador de eficiencia y rendimiento del mercado, de acuerdo con una política que pretendía hacer de la educación un negocio que favorezca mas las dinámicas de acumulación de unos pocos y de exclusión de nosotros los muchos. Contra la imposición de este rector, y la implementación de sus políticas nos levantamos y colocamos nuestra vos de protesta.

A pesar de esto las directivas en ese momento ganaron e impulsaron sus políticas que se vieron materializadas con la tristemente celebre reforma académica con la que vino una nueva jornada de movilización estudiantil. Allí peleamos la necesidad de una universidad que no solo pensara la investigación de punta con los postgrados, sino que mantuviera su calidad académica en el pregrado y diera la posibilidad que los estudiantes pudieran responderle al país desde este nivel de profesionalización presentándole alternativas reales de desarrollo a las mayorías de la nación colombiana. Nuevamente, a pesar de las pequeñas concesiones ganadas, nos vimos sumidos en una coyuntura que no cumplió con nuestras expectativas, con la imposición de una reforma que todavía no muestra su lado amable.

Nuevamente hace un año nos movilizamos frente al plan de desarrollo de la presidencia de Uribe, que planteaba un panorama desalentador a la financiación de la universidad, en especial con el problema del vacío pensional, cuya carga hace que al asumir esta responsabilidad la universidad vea inviable su futuro financiero. Salimos nuevamente a las calles, pero la postura intolerante e impositiva de las directivas y del gobierno nacional desmovilizaron un movimiento que lo único que pretendía nuevamente era mantener el carácter critico, responsable y publico de la universidad frente a la sociedad.

Hoy día, la implementación por medio del nuevo estatuto estudiantil de una serie de reformas en la universidad nos hizo de nuevo movilizarnos y asumir nuestro rol activo como estudiantes en el devenir de la construcción de las políticas de la universidad. El movimiento inició exigiendo espacios reales de participación para nuestro sector en la toma de las dediciones que, como en este caso, tanto nos afectan en nuestro que hacer cotidiano. Pero nuevamente nos encontramos con unas directivas intransigentes que no quieren escuchar nuestra voz, y que antes de abrir esos espacios de participación, nos imponen la primera parte del estatuto, la ahora conocida parte académica.

Hasta ahora, y a muy grandes rasgos, este es el diagnostico de la coyuntura a que nos enfrentamos.

Frente a ello, nos movilizamos como hasta ahora nuestras práctica nos lo habían enseñado: salimos a debatir en asambleas, a presionar con los bloqueos y a publicar nuestra postura por medio de comunicados y movilizaciones espontáneas. El movimiento poco a poco nos ha dejado algunas ganancias personales y colectivas pero también nos ha hecho darnos cuenta de muchas de las debilidades que dentro del movimiento estudiantil hay; Es por esto que se hace necesario la discusión frente al que hacer.

Reflexiones frente a la discusión.

En esta oportunidad, y a diferencia de otras coyunturas, hemos logrado avanzar en la estructuración de una propuesta propia frente a la problemática en que nos hemos encontrado. En reuniones de los semestres, en las carreras, en las facultades y a nivel de sede, hemos ido avanzando en la elaboración de una contrapropuesta de estatuto estudiantil en donde no solo se han venido recogido nuestra criticas principales frente a lo que no estamos de acuerdo, sino que ya tenemos bien avanzada la discusión en que consenso y propuestas tenemos para la formulación de un estatuto estudiantil mas de acuerdo con nuestras necesidades.

Pero este es un punto que aun no hemos consolidado. A pesar de las interminables discusiones, aun no tenemos una propuesta mínima que desde los estudiantes podamos defender como nuestra y que nos pueda recoger en una bandera común de lucha. Por lo tanto ésta tarea urgente debe llevarse acabo. Es necesario dejar de discutir y consolidar el cuerpo general de una propuesta que sea aceptada de forma mayoritaria por los estudiantes que nos sirva como caballo de lucha para la negociación en contra de la propuesta que las directivas. Tarea numero uno, un texto final preliminar que condense los insumos de todos los procesos. Podría realizarse mediante la realización de un congreso de un día en que consolidemos el debate y decretemos asambleariamente el estatuto que nos vamos a negociar.

Reflexiones frente a la organización,

En este ir y venir, nos hemos dado cuenta que para que estas discusiones puedan logra ser escuchadas es necesario ir consolidando formas organizativas estudiantiles que garanticen de forma eficaz la voz y el poder estudiantil. Ya hemos ido avanzando también en esto; en diferentes carreras ya se está hablando de consejos estudiantiles, de cabildos, de parches de discusión, de combos conspirativos. Lo primero que se ve necesario es que en los semestres y carreras que se ha visto estas dinámicas se consolide esto, y que en los que no, se empiece a andar, con el apoyo de los que llevan un poco mas de experiencia, no para enseñar sino para compartir visiones. Consolidándolos, debemos avanzar en la organización por facultades. Una de las formas que podría servir para ello es la constitución de consejos estudiantiles de facultad (o el nombre que se le quiera dar) que respondan a las siguientes prioridades.

Primero, el proceso debe superar lo representativo; en este punto debemos pensar que no es suficiente que designemos a algunos para que hablen por nosotros; desde el semestre debemos participar todos, y en el orden que va ascendiendo así debe funcionar en carreras y facultades. Se sabe que por cuestiones metodológicas, en la media en que se va ampliando la participación y el nivel en la organizaron, se va complicando la toma de decisiones colectivas; para solucionar este percance se ve como viable el hecho de que se constituyan unidades de consenso, que puedan irse discutiendo en los espacios más amplios; esto es, si en el semestre vamos llegando a un consenso ya cuando participemos en las asambleas por carrera ya no estaríamos hablando como individuos, sino como la postura del primer semestre, segundo y así seguido.

Esta dinámica no solo serviría para las carreras; en la medida que vamos organizándonos mas ampliamente también podemos hablar de posturas de carreras; un ejemplo, en ciencias humanas no se debatirían las propuestas individuales, sino las que ya han sido llevadas a cabo por las discusiones de departamento: la postura de psicología, la postura de trabajo social, la postura de sociología etc… Obviamente para las asambleas de sede funcionaria sin problema: La postura de ciencias humanas, la postura de derecho, la postura de medicina, etc.…

Uno de los inconvenientes que se encuentra con estas dinámicas es que podrían volverse mono-discursivas, ya que solo se estaría hablando de los consensos, y tal ves de los consenso no de todos sino de la mayoría. Una forma de solucionar este inconveniente es notar también cuales son las cosas en las que no estamos de acuerdo: Llegamos a estos acuerdos, pero en tale s y tales cosas no se tiene una postura común, y debe tratar de respetarse hasta donde se pueda las posturas diferentes, que así no queramos también enriquecen nuestro debate. Lo que si resulta importante es que si todos hacemos parte de las discusiones, también todos seamos parte de la responsabilidad que significa ejecutar las decisiones: Todos deben asumir las decisiones que representen consensos, frente a las otras posturas todos están en su posibilidad de defender sus ideas y posturas.

La otra limitante que se le ve a esta propuesta es que este proceso asambleario si no es organizado puede resultar en un desgaste en las discusiones. Por ejemplo, el hecho que no se tengan temas en común entre los que discuten haría que cuando se llegue a las asambleas de encuentro nos desgastemos en múltiples discusiones, que aunque valiosas, resultarían en aburridas para el común de la gente. Para esto se propone que las asambleas colectivas en las que se encuentre más de un proceso tengan agendas definidas que sean discutidas previamente en los procesos de tal forma que cuando se llegue a las asambleas grandes se pueda discutir de lo mismo y así tomar decisiones. Un ejemplo: Se ve la necesidad de plantear el pliego de lucha; previamente a todas las asambleas se debe tener unos puntos en común a discutir, que en nuestro caso por, decir algo, seria en si estamos de acuerdo con que se plantee un espacio de negociación con el CSU donde se debata la propuesta de los estudiantes y de las directivas. Sabiendo que nuestro objetivo de discusión es éste, en las asambleas de semestre se asumiría una postura que se debatiría en las asambleas de carrera, cuyas conclusiones servirían de insumos para las discusiones de facultad y así sucesivamente.

No podemos forzar a que en la toma de decisiones todos estemos de acuerdo con todo, y a pesar de que suena a repetición, es importante que se sea conciente en que están dispuestos los procesos a comprometerse y en que no. Si después de una discusión una carrera apoya el bloqueo y la otra no, lo primordial seria que si unos no quieren bloquear no lo hagan, pero que si los otros si lo quieren que se respete. Eso si, por encima de todo, debe primar la unidad por que solo siendo contundentes como cuerpo es que lográremos victoria.

Una ultima limitante. Existen quienes quieren y pueden participar en todas las asambleas, desde las más pequeñas hasta la más grande, pero otros no. Para esto, podría pensarse que para hacer operativas las discusiones y garantizar que siempre van a llegar las definiciones, se podría ver como posible la utilización de la figura de voceros. Estos voceros no deben convertirse en representantes, por que ante todo debe primar la responsabilidad individual de la participación y de la propia representación. Entonces éstos voceros servirían mas bien como comunicadores de las decisiones que toman los procesos, se remitirían a entregar los informes de las decisiones que se toman y a devolver a los procesos las posibles críticas o propuestas para todos. Para que éste espacio no se vea viciado por la burocracia ni el clientelismo, se propone que esta vocería no sea eterna, de hecho si solo es una figura de comunicación podría funcionar que no se reeligieran los voceros en los procesos, sino que se diera rotación a estos. Esto no solo nos garantizaría transparencia sino que nos aportaría en el hecho que asumieran más y más personas la responsabilidad de la discusión y de la acción.

Tarea numero dos: consolidar las asambleas por semestre, carrera, facultad y sede utilizando metodologías incluyentes y participativas; Tarea numero tres: consolidar los procesos organizativos, por lo menos en esta coyuntura deberíamos ganar organización a nivel semestral, de carrera y de facultad. La realización de los consejos de facultad es un imperativo.

Reflexiones frente a las próximas acciones a tomar.

Tal ves esta sea la cuestión mas difícil a la que nos enfrentamos, aun así, acá van algunas ideas: La dinámica que hasta ahora ha marcado esta movilización, me refiero a la de anormalidad académica, campamentos y de bloqueo, ha generado que avancemos en las discusiones, en que se abran espacios de encuentro y en dar unos pequeños pinitos de presión frente a las directivas. Pero no nos digamos mentiras, el bloqueo no es una medida efectiva de presión y antes lo que nos ha demostrado es que funciona como una forma de distanciamiento con muchos estudiantes, haciendo que se queden en su casa y que no se involucren en esta coyuntura. Por que no pensar en la posibilidad de superar la necesidad de la anormalidad académica y del bloqueo para construir movilización estudiantil?. Lo primero entonces, es volver a clases, seguir el ritmo académico y así garantizar que la universidad vuelva a tener gente que pueda involucrarse también en las discusiones y en las movilizaciones. Hay que entender algo: normalidad académica no significa normalidad política, y esto es muy importante; La movilización hay que continuarla, pero todos somos concientes que deben ser estrategias mas creativas las que nos hacen falta para movilizarnos y para presionar.

Sabemos que esta es una eterna pregunta sin responder, ¿como presionar desde clases?. Pues bueno ya se han postulado varias alternativas; Hacer un día a la semana de anormalidad general, garantizando que el resto de los días además de estudio también permitan avanzar en la convocatoria y organización de nuestra movilización. Reserva colectiva de cupo: ya se ha planteado varias veces la posibilidad que tenemos estatutariamente de hacer una reserva de nuestro cupo para el siguiente semestre, esto no es una cancelación del semestre que actualmente cursamos, sino utilizar (tal vez como chantaje) el hecho de que no estamos dispuestos a estudiar el próximo semestre por que no vemos garantías con el nuevo estatuto –recordemos, esta como todas las acciones implican que debe ser masivas, no puede ser una acción individual sino grupal. Generar formas alternativas de protesta publica: a varios compañeros no les suena descabellada la propuesta de hacer marchas desnudos para llamar la atención de la opinión publica y también presionar a las directivas (se imaginan mas de mil embolados en la 26?). Buscar un tercero para que actué como facilitador de la negociación que nos sirva de intermediario pero también de presión: Pensarse en convocar a una mesa de Intelectuales (de la talla de Gabo, de Patarroyo, de Fals etc.), una entidad grande (Naciones Unidas, asamblea por al paz, hasta el congreso?), en fin, buscar un tercero frente al que podamos ver legitima y posible nuestra lucha que ayude en el camino de la negociación. Buscar un acto cotidiano que permita fastidiar al CSU para que nos escuche (hacer todas las noches veladas cantando en frente del Uriel, llenar consetudinariamente de cartas los correos de los del CSU con nuestras exigencias mandadas personalmente, caber piquetes en los cursos de extensión, etc.…). Generar caos administrativo: utilizar ciertas peticiones que podamos hacer, y que no nos impliquen problemas, en donde colapsen los medios de tomas de decisión, ejemplo: mandar derechos de petición a consejo de facultad y de sede (muchísimos) para que se pongan mas baños, o mandar derechos de petición para que se pongan mas pupitres. El sabotaje es una opción, el sabotaje creativo mucho mas.

Puede que muchas de estas propuestas suenen inocentes y algunas hasta infantiles, pero ¿por que no?; estas no son las únicas posibilidades, también se puede pensar en tomas de cafeterías, tomas de puestos de vigilancia, tomas de secretarias, que nos hagan sentir, pero que nos garanticen efectividad para fastidiar, pero también para seguir convocando a mas y mas gente.

Si logramos levantar un movimiento estudiantil en clases no solo ganaremos organización y convocatoria, sino que estaríamos marcando un referente dentro de la lucha estudiantil, y así las próximas luchas no estarían determinadas por si bloqueamos o no, sino, como logramos movilizarnos siendo efectivamente creativos. Otra forma de hacer las cosas es posible.

Reflexiones frente al fin político del movimiento

El movimiento que defendemos debe ser claro en algo: Nuestra meta es buscar un espacio de negociación con las directivas de la universidad en el que se plante reformar la parte del estatuto que ya esta decretada, y en el que se abra un espacio de discusión decisorio frente a la parte que aun no lo esta. Toda la presión debe estar encaminada a ello, todas nuestras fuerzas están bajo este objetivo.

Por ultimo y mas importante.

Si luchamos en este momento por el estatuto estudiantil no podemos olvidar que antes que nada estamos luchando por el futuro de una universidad Pública, Popular, Autónoma, Responsable, Critica y Transformadora.

Queremos una universidad pública por que defendemos el derecho que tienen todos y cada uno de los colombianos a estudiar. Creemos en una universidad pública por que el dinero que tributamos no lo queremos para la guerra que beneficia a pocos, sino para el bienestar de la mayoría, y parte de eso significa la educación. Publica en que quepan todos y todas, en que ni uno solo se quede por fuera.

Queremos una universidad popular por que sabemos que tenemos que responder a las necesidades e intereses de las clases populares, por que no queremos seguir favoreciendo a los intereses de los grupos elitistas que nos agobian en el país, por que no creemos en el beneficio de pocos sino de todos, por que el conocimiento debe servir para el bienestar de la sociedad en su conjunto y no de los pocos privilegiados.

Queremos una universidad autónoma, pero responsable, en donde la financiación estatal no implique la manipulación del gobierno de turno, ni por los intereses de los pocos que controlan el estado. Creemos que podemos gobernarnos de forma triestamentaria pero con la mas alta responsabilidad de estar pensando en responder a los que están afuera de nuestro campus. Autonomía no es libertinaje, es gobernarnos sin olvidarnos de la sociedad.

Queremos una universidad deliberante, critica e incluyente, en donde las decisiones sean tomadas con la voz y voto de todos y todas las personas involucradas en la comunidad universitaria, es decir los estudiantes los trabajadores y los profesores. Pero la inclusión no solo nos remite a nosotros, tenemos que pelear por que cada vez mas la sociedad este acá adentro y nosotros aya afuera. La universidad no somos los que vivimos en ella, son además todos a los que debemos compartir nuestro conocimiento allá afuera.

Pero ante todo, queremos una universidad transformadora, que sea conciente que el conocimiento existe es para facilitar la vida de los hombres y acercarlos a su felicidad. Esa vida digna de los hombres (y su consecuente felicidad) solo es posible en una sociedad diferente a la que vivimos, que antes de excluir incluya, que antes de explotar se solidarice, que antes de dominar construya colectivamente, que antes de ahogar de vida. Una sociedad nueva solo es posible con el compromiso de todos, es ese nuestro ultimo y final objetivo.


Compitas de la nacho:

Soñar no nos cuesta nada, construirlo, mucho menos; Arriba la movilización estudiantil, arriba la defensa de la universidad publica, arriba este movimiento que resiste a la indiferencia y la arrogancia.






Somos UN, somos un grito de libertad.

Venceremos.

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